Pese a las infinitas posibilidades que ofrece Internet como
infraestructura económica y cultural para facilitar muchas de las
actividades humanas y contribuir a una mejor satisfacción de
nuestras necesidades y a nuestro desarrollo personal, el uso de
Internet también conlleva riesgos, especialmente para los niños,
los adolescentes y las personas que tienen determinados problemas:
tendencia al aislamiento social, parados de larga duración... En el
caso de los niños, la falta de una adecuada atención por parte de
los padres (que muchas veces están trabajando fuera de casa todo el
día) les deja aún más vía libre para acceder sin control a la TV e
Internet, si está disponible en el hogar, cuando vuelven de la
escuela. Si el ordenador familiar no dispone de filtros que limiten
el acceso a las páginas inadecuadas, de forma accidental o buscando
nuevos amigos y estímulos se irán encontrando allí con toda clase
de contenidos, servicios y personas, no siempre fiables ni
convenientes para todas las edades. Y lo que empieza por curiosidad
puede acabar en una adicción ya que los niños y los adolescentes
son fácilmente seducibles. Por desgracia hay muchos padres que no
son conscientes de estos peligros, que ya se daban en parte con la
televisión y los video juegos y que ahora se multiplican en
Internet, cada vez más omnipresente y accesible a todos en las
casas, escuelas